Hasta dónde prevalece la libertad de expresión artística del desarrollador por sobre la propiedad intelectual de terceros en los videojuegos.

Imagen: serie Call of Duty de Activision

Las disputas legales no son infrecuentes en la industria del videojuego, sin embargo, el reciente caso de “Call of Duty” y “Humvee” ha sido uno de los más curiosos y significantes. 

En resumen, en 2017, Activision fue demandando (en Estados Unidos de Norteamérica) por AM General, los fabricantes del reconocido vehiculo militar “Humvee”, por el uso del famoso vehículo en la serie de videojuegos “Call of Duty”. El fondo de la disputa recae en que Activision no cuenta con la debida licencia para usar el “Humvee” en sus juegos, sin embargo, ha “cosechado miles de millones de dólares en ingresos de sus actos ilícitos y … perjudicó irremediablemente a AM General al causar una confusión signficativa” entre los consumidores. Por su parte, Activision defendió su postura, indicando que estaba ejerciendo su derecho de libertad de expresión (consagrado en la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica). El caso fue resuelto a principios de abril del 2020, concediendo a Activision el derecho de uso del vehículo en sus videojuegos. 

Lo relevante en este caso, es que el juez, inadvertidamente intervino en una discusión que ha sido recurrente sobre los videojuegos ¿si la realidad es un objetivo artístico, entonces el uso de cierta propiedad intelectual de terceros se encuentra protegido bajo la primera enmienda? Según lo indicado por el fallo en este caso, lo es. El juez George B. Daniels ha indicado que “Si el realismo es un objetivo artístico, entonces la presencia en los juegos de guerra modernos de vehículos empleados por militares reales indudablemente promueve ese objetivo”. 

Por ende, Activision y quienes desarrollan videojuegos, se encuentran protegidos bajo la primera enmienda ante el uso de propiedad intelectual de terceros cuando aquella tiene relevancia artística, promueve el realismo de la creación y las partes involucradas no compiten directamente entre ellas. 

El presente fallo significa un profundo impacto para los desarrolladores de futuros videojuegos ya que resguarda el uso sin el debido consentimiento de propiedad intelectual de terceros en el entendido que dicho uso es una expresión artística que tiene como finalidad incorporar la realidad del mundo que se pretende representar.